...

...
...

martes

Estoy comiendo...

Estoy comiendo... todos comemos no es así, te da hambre o antojo y abres el refrigerador para asomarte sobre lo hay allí dentro y poder saciar tus más básicas necesidades pues así me paso hace unos momentos antes de sentarme en la cocina a escribir esto mientras me deleito un pedazo de carne con queso. Ayer mientras miraba la televisión paso un documental sobre la vida de una anorexica del día uno al cinco y bulimica el seis por un ataque.

Que bien se siente estar a fuera, convertirte en testigo pero es irremediable no acordarme y temblar un poco, aun me es difícil mirar atrás o mirar por la tv a esta chica... y si lo recuerdo es como mirar una obra de teatro o leer una obra bastante triste y dramática.
Cuando cumplí los quince años, en noviembre decidí adelgazar lo que paso en los dos años siguientes bueno no me hagan contar eso por favor pero si adelgace de 60 kilos a 44.800 kilos, se me cayo el cabello, me salio vello, y estaba buscando el sol por el frío, me canse y mi cabeza no sabía donde estaba. Contarlo ahora es extraño porque amarraba mis pies a la cama o en una sentada me bebía cuatro litros de agua, porque a media madrugada me levantaba y hacía abdominales hasta no poder más, porque llegue a cortarme o morderme los labios o la lengua para no comer y eso no fue lo que más me dolió sino el infierno en el que se convirtió mi vida, esa culpabilidad a la me condene cuando a esa edad yo de que iba a ser culpable.
Atracarme, llorar, gritar y vomitar y cuando ya tienes los dedos mordidos y la piel de estos te arde y esta con llagas decides parar y el sueño te vence.

Llega ese momento donde te preguntas, ¿Que mierda hago aquí? ¿Como es que llegue hasta aquí? ¿Donde estoy?.

Yo creo que fui afortunada porque en medio de esa mierda me enamore y de quien me enamore me cuido, y supe que debía seguir y aunque ya no este más aquí y el infierno que yo me había creado no se comparo nunca con el que me dio la muerte. Aprendí de ese camino que me cambio totalmente quien era, como pensaba y mi forma de actuar.

Ahora soy más tranquila, pienso más de dos veces lo que haré, solo tengo una amiga, no salgo a fiestas no me importan por el momento estoy esperando. En esto me convertí ahora peso 54 kilos, y se que mi obsesión nunca se fue, hace año y medio tuve un ataque con una taza de avena con agua y tres fresas cortadas, siempre estoy partiendo la comida en pequeños trozos y siempre me acuerdo de decirme comiste bastante ya no cenaras.

Gracias por leer.

Un beso.


No hay comentarios: